Llevamos años ejerciendo, por vocación y por suerte, como psicólogas forenses en nuestro propio despacho; esto, quiere decir que nos dedicamos a la realización de informes periciales psicológicos, o informes de parte, que sirven como prueba en distintos procedimientos judiciales. A lo largo de estos años, hemos tenido la suerte de conocer y trabajar con otros peritos, psiquiatras, médicos, odontólogos, todos ellos “privados”, emprendedores que con vocación, ilusión y motivación, deciden crear e iniciar un proyecto de trabajo que es igual de lícito que el trabajo de todos aquellos profesionales que deciden opositar, y realizar informes periciales en algún órgano judicial o informes médicos en algún centro de salud.

Todos, realizamos la profesión porque nos gustan multitud de cosas de ella; una de ellas, trabajar sintiendo que cada día ayudas a mucha gente, que sientes que eres útil y un apoyo para ellos; cuando entran por la puerta de nuestro despacho, todavía no saben que van a ser escuchados sin mirar el reloj, sin mirar cuanto tiempo queda para que entre el siguiente paciente o evaluado, cuál es su número de historial médicos o su número de procedimiento, aquí son Daniel, Marta, Lorena, Carlos, los que vienen, con sus historias, con sus problemas, con sus hijos, con sus secuelas. Otra, es sentir que en momentos en los que sienten que no pueden más, les has ayudado a retomar las riendas de su vida, les has encendido una luz que no encontraban y salen andando solos, eso no tiene precio ninguno, si lo habéis vivido nos entenderéis.

Queridos compañeros que os limitáis a indicar o manifestar la famosa frase: “es un informe de parte”, sería importante que supierais que, el informe de parte, tiene muchas horas de trabajo detrás, muchas pruebas objetivas realizadas, corregidas e interpretadas, dentro de los estándares de los Colegios Oficiales de Psicólogos, los informes periciales, se basan en las guías de buenas prácticas de los mismos, y efectivamente, compañeros, eso se cobra, pero porque tiene un precio, porque nadie trabaja gratis, y porque el trabajo, tiene como recompensa un salario, que no es menos digno que el de los profesionales de la salud pública o de los órganos judiciales públicos. No compañeros, no se emite un informe pericial según lo que nos parezca, o lo que nos cuente el cliente, se emite según unas pruebas muy objetivas. Por supuesto, existen clientes a los que hay que explicarle que sus resultados no son aptos o recomendables para realizar una pericial, pero de esos casos, no se habla. No por trabajar en un organismo público, estáis exentos de presentar subjetividad en vuestros informes, no compañeros, las primeras impresiones existen, para todos, y un informe pericial de un juzgado también cuenta con su parte subjetiva, al igual que un informe médico, o que pasa ¿con todos los pacientes se empatiza igual de bien?

Queridos compañeros, profesionales de la salud y del mundo de las pericias y los informes, está bien que, dentro de sala, cada uno defienda sus argumentos, e incluso que se realicen contrainformes, según los estándares, es precioso debatirlo, pero fuera de sala, todos comemos de lo mismo. No desvaloricemos el trabajo de los demás, sin pararnos si quiera a leerlo o conocerlo. Siempre habrá profesionales de tu campo mejor que tú, pero también los habrá peores, vamos a esforzarnos en ayudar a quienes confían en nosotros en vez de limitarnos a decir que “es un informe de parte”.