El perito psicólogo es el único profesional de la rama de psicología que puede determinar el daño psicológico sufrido y las secuelas que presenta la víctima. En este sentido, el proceso que lleva a cabo el perito es denso, meticuloso y especializado.

Generalmente, entre los casos que más nos llegan con el fin de valorar este tipo de secuela o daño psíquico, se encuentran las víctimas de acoso, accidentes de tráfico, negligencias médicas o victimas de violencia doméstica o agresión sexual. Cada caso, necesita una valoración escrupulosa de todo lo acontecido y el proceso psicológico que ha llevado hasta encontrarse en esa situación emocional y psicológica.

Si bien es cierto que, la persona debe haber mantenido una terapia psicológica para poder entender que la secuela es permanente. Sin haber realizado una terapia, la sintomatología presentada, puede no ser permanente.

Todos los tipos de víctimas que hemos mencionado, presentan un trauma a una o unas situaciones estresantes y traumáticas. El trauma va acompañado de sintomatología psicológica y física por lo que para la valoración de este tipo de secuelas es importante determinar cuándo un trastorno mental ha llegado a su cronicidad, y, por tanto, se convierte en secuela permanente.

Entre las lesiones psicológicas más habituales que valoramos como perito psicólogo son el trastorno por estrés postraumático (TEPT) y los trastornos adaptativos ansioso-depresivos. En muchos casos, estos trastornos se resarcen y la persona vuelve a sentirse como antes, aun así hay personas que la situación traumática ha sido tal que acarrea un daño que merma su estabilidad de manera permanente, por ejemplo, modificando su personalidad, presentándose con características completamente distintas y en ocasiones, siendo estas características desadaptativas, generando una vez más, un incremento en el sufrimiento de la víctima.

No se puede afirmar con rotundidad si una sintomatología provocada por un acontecimiento traumático, puede recuperarse, pues dependerá de multitud de circunstancias, como es el apoyo familiar, el apoyo terapéutico, las características personales y la gravedad de la situación experimentada.

Por este motivo, es totalmente imprescindible la acción de un perito psicólogo que valore todo lo ocurrido y el daño psicológico que presenta la víctima. Sin su acción, judicialmente no se puede corroborar lo que se manifiesta.

Por lo tanto, una secuelas psicológicas, aparece cuando una lesión psíquica no es adecuadamente tratada, o si no se consiguen los resultados esperados tras el tratamiento. En ese momento, la lesión queda permanentemente en la mente de la víctima, convirtiéndose en una modificación que afectará a toda su vida cotidiana, presente y futura.

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