Para comenzar, debemos definir la violencia filio-parental. Esta es entendida como el “síndrome de los padres maltratados”, definiéndolo como un subtipo de violencia familiar en la que los ataques físicos, las amenazas verbales y no verbales se producen de hijos a padres. Para ser más específicos, Cottrell (2001) lo define como “un acto de abuso hacia los padres, bien sea físico, psicológico o de perjuicio económico para ganar poder y control sobre ellos”

Podríamos describir tres tipos de violencia filio-parental:

1. Física, que incluye conductas dirigidas contra los padres (escupir, empujar, abofetear, darles patadas, puñetazos, amenazarles con algún objeto peligroso) y contra el hogar familiar (romper, dar patadas o pintar objetos).

2. Psicológica (verbal, no verbal y emocional), que implica insultos, gritos, intimidar jugar maliciosamente con ellos, conducirlos a pensar que están locos, hacerles exigencias irreales, insistir en que acaten sus reglas, mentir, huir del hogar, amenazar con suicidarse sin tener intención de hacerlo.

3. Económica, como robar dinero o pertenencias, vender posesiones de los padres, incurrir en deudas que deberán pagar los progenitores, o exigirles a los padres que les compren cosas que no pueden permitirse. La violencia se ejerce de manera progresiva, comenzando con una violencia económica, avanzando posteriormente por una violencia emocional y por último llegando a la violencia física.

Por otra parte, podemos definir dos tipos de violencia filio-parental, la tradicional y la nueva violencia.

  •  La VFP tradicional no busca un objetivo en sí mismo, sino que aparece en un estado de disminución de la consciencia y no se repite cuando este estado (intoxicación, trastornos mentales orgánicos, etc) remite, o bien se utiliza como defensa propia de agresiones, abusos sexuales o trato vejatorio no acorde con su edad.
  • La VFP nueva por su parte, es aquella donde el hijo actúa intencional y conscientemente, con el deseo de causar daño, perjuicio o sufrimiento en sus progenitores, de forma reiterada, a lo largo del tiempo, y con el fin inmediato de obtener poder, control y dominio sobre sus víctimas para conseguir lo que desea, por medio de la violencia física, económica y emocional.

Existen factores de riesgo para la violencia filio-parental, como son :

1. Factores individuales: los resultados de diversos estudios afirman que se dan características como, alta impulsividad, baja capacidad empatía de los jóvenes, baja tolerancia a la frustración, así como sintomatología depresiva, sentimiento de soledad, baja satisfacción vital, dificultad para expresar emociones. Además, tienden a ser irritables y a no tener control sobre la ira. El consumo de drogas es un activador de las conductas de violencia ya que provoca cambios significativos en su conducta.

2. Factores familiares: el estilo educativo utilizado por los padres es una de las principales variables a tener en cuenta en estos casos. La disciplina inconsistente, la presencia de frecuentes conflictos familiares y la baja cohesión afectiva en la familia son factores relevantes. A su vez, el estilo sobreprotector y el permisivo (asunción de responsabilidades inadecuadas) de los progenitores respecto a los hijos puede propiciar este tipo de conductas desadaptativas.

3. Factores escolares: estos adolescentes suelen presentar bajo rendimiento escolar, dificultades del aprendizaje, elevado absentismo escolar, dificultades de adaptación y actitudes de rechazo a la escuela.