La noticia de un intento de agresión sexual en Barcelona ha conmocionado a los habitantes por varios motivos. El primero es que, en la actualidad, los recursos que existen para menores inmigrantes en acogida están desbordados. El segundo motivo es que las instituciones no puedan controlar a los menores que deciden de manera unilateral no convivir en esos centros homologados.
Determinadas fuentes policiales, afirman que muchos de esos menores, de manera reiterada afirman que no tienen documentación y cuando son detenidos, continuamente afirman que son menores, pues conocen la ley respecto a los mismos. La duda ensombrece estos casos: ¿Realmente son menores?
Esta semana hemos conocido la desdichada noticia del intento de agresión sexual a una mujer y el apuñalamiento a la pareja de la misma, por supuestamente, menores que ocupaban una vivienda en estado insalubre. Tanto es así, que dichos menores están diagnosticados de sarna.
Ante esta situación, nos enfrentamos a dos frentes. El primer frente es que es denigrante ver como estos menores viven en esas condiciones de salubridad que delinquen con el fin de sobrevivir, aunque en tal caso no deberían ser robos con violencia, como son sus antecedentes policiales. En este sentido, ¿cómo es posible que no se tenga controlado las mínimas condiciones de estos menores?
En segundo frente es, ¿cómo puede permitirse que realicen tal acto como es un intento de agresión sexual y un apuñalamiento?
La reflexión nos hace pensar que puede ser lógico que no se controlen a estos menores, pues los centros de acogimiento nunca serán una cárcel, son centros donde se guarda su dignidad y aportan los cuidados y necesidades básicas. Aun así, los delitos de este calibre tienen que ser completamente controlados y condenados y no por referir que son menores, se debe tomar como cierto, pues el daño que han hecho a esa mujer y a su acompañante ha sido desgarrador, manteniendo posibles consecuencias que nunca podremos obviar.
Como población, debemos plantearnos si esos menores se encuentran en una situación de riesgo, es decir, riesgo en todos los sentidos. Los riesgos pueden ser sanitarios o en tal caso, riesgo a cometer delitos de todo tipo, como es lo que ha ocurrido.
No debemos olvidar la situación de superioridad que tenían estos menores, portando un arma blanca y siendo quince personas contra dos. En este sentido, los dos jóvenes de Barcelona estaban totalmente indefensos, aun intentando salvaguardar sus vidas.
Desde el punto de vista objetivo, es llamativo ver el historial delictivo de los menores inmigrantes, de esos menores que están en circunstancias de abandono y sobre todo, si esos menores quieren ser ayudados, pues en muchos casos tienden a consumir algún tipo de droga.
Por todo esto, quizás es totalmente necesario, salvaguardar la vida de aquellos menores inmigrantes y en consecuencia, del resto de ciudadanos. Para más ayuda, tanto si habéis sufrido este tipo de actos o tenéis pensamientos negativos, no dudéis en poneros en contacto con nosotras, ¡no estáis solos!
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