Las noticias no dejan de sorprendernos con distintas situaciones espantosas que viven las mujeres. Asesinatos, violaciones, abusos, pero ¿qué está pasando en nuestra sociedad? La realidad, es que hoy en día se conocen más aún, estos casos terroríficos, y lo peor que podríamos imaginar es que los jóvenes, adolescentes o adultos primerizos ejecutan estos delitos de naturaleza sexual
Nosotras como psicólogas debemos hacer una reflexión que atañe a estas situaciones, pues existen numerosos movimientos para concienciar acerca del buen trato hacia sus iguales y en particular, hacia las mujeres, pero parece que los jóvenes están obviando toda esta información.
Un dato muy relevante es la persistencia de la conciencia machista, de control sobre la mujer, así como la falta de autoestima que, por desgracia suele aparecer en la juventud, intentando solaparla con la autoestima que le genera su grupo de iguales.
Esa autoestima o el ego que los jóvenes desean demostrar, hacen que deseen castigar a una mujer que le rechace sexualmente. La forma de pensar de los agresores, sus propias normas, son fundamentales para poder explicar lo que les lleva a ejecutar la violación.
Una gran parte de estos sucesos, ocurren en las noches de ocio, e introducen drogas para conseguir la sumisión de la víctima.
Por otra parte, el hecho de formar parte de un grupo, es un elemento importante, pues generalmente, cada individuo, deja relegado a un segundo plano, su capacidad de pensar y actuar de manera individualizada, actuando tal y como lo hace el resto del grupo, por el deseo de pertenencia al grupo. Además, la capacidad que tienen para integrarse en el grupo de iguales, también la tienen para desechar la culpabilidad en el grupo, viéndose adormecidas las consecuencias de la agresión sexual que cometen.
A todo esto debemos sumarle el factor de las redes sociales, las cuales, son utilizadas por estos violadores en grupo, para difundir videos del hecho delictivo, consiguiendo en muchas ocasiones la aprobación de otros iguales, quizás mofándose y viendo la violación como “algo divertido”, ensalzando su poder como hombre.
Podríamos explicar el aumento de jóvenes que viola, basándonos en su conducta, es decir, generalmente, es un comportamiento impulsivo y agresivo, no meditado o planeado, sino que surge espontáneamente, según las circunstancias. En este sentido, el miedo a ser criticado o rechazado por el grupo, impulsa al individuo a formar parte de esa atrocidad. Además, en estas circunstancias, les es más fácil acceder a formar parte de una violación, que negarse e irse.
El que exista en el grupo, un joven con características antisociales es motivo suficiente para que se perpetúe este tipo de violaciones en grupo, además de la necesidad imperiosa de ser reconocido por el grupo, como “un hombretón”.
Los jóvenes, son una población peligrosa e impulsiva, que junto con el consumo de alcohol u otras drogas, generan un resultado catastrófico y unos comportamientos desadaptativos.
Si necesitas ayuda para tratar con tu hijo adolescente y evitar este tipo de actuaciones no dudes en ponerte en contacto con nosotras.
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