En la actualidad, llevamos varios días de confinamiento y muchos de nuestros clientes nos manifiestan frases como “estoy desesperado, mi juicio de acoso ha sido suspendido por el confinamiento y me siento encerrado”, “llevaba mucho tiempo esperando para que se celebrase mi juicio y ahora tengo que esperar aún más, no tengo fuerzas”.
Este tipo de frases, son totalmente normales ante una situación diferente como es el confinamiento y la paralización de determinados juicios. Ante esta desesperación, les aportamos el apoyo que necesitan, como hemos venido haciendo hasta que se celebrase su juicio. La espera provoca estrés y un mayor número de rumiaciones (pensamientos constantes), teniendo la perspectiva de que esto no va a acabar nunca. Puede parecer un pensamiento muy negativista, pero nosotras como psicólogas entendemos se pensamiento e intentamos modularlo de la manera más adaptativa y saludable posible, dentro de nuestro rango de actuación.
El malestar que están teniendo muchas personas que, por ejemplo, han sido acosadas laboralmente, la ansiedad y los pensamientos depresivos han ido en aumento, debido a la paralización de su procedimiento judicial. Muchas de estas personas, con anterioridad al confinamiento, tenían una sensación de encierro que ha aumentado considerablemente ante esta situación, nueva y desconocida, sin que estemos preparados para ello. Otros pensamientos como por ejemplo, “tengo la culpa de haber permitido que me acosaran” o “tendría que haber hecho algo”, crecen desmesuradamente, sin poder cesar esos pensamientos. Todos los pensamientos se amontonan, manteniéndose triste, llorando o incluso sintiéndose irritable por la situación de acoso y confinamiento vividas. Es evidente que esto puede afectar, en algunos casos, de manera directa a la relación de pareja que se pueda tener durante el confinamiento, algo que no beneficia en absoluto para ninguna de las partes y aún menos para la persona acosada, puesto que necesitan el apoyo de las personas cercanas.
Por ello, aunque esos pensamientos negativistas sean normales ante esta situación, agravan, drásticamente, cualquier malestar que se tenga poniendo en riesgo el día a día de la persona que ha sido acosada. No olvidemos que aunque se esté en época de confinamiento, el psicólogo es necesario para poder mantener una estabilidad que, por desgracia, es difícil de mantener en una situación como la actual. Pide ayuda siempre que lo necesites, no estás sol@. Los pensamientos no cesan solos, hay que modularlos con la ayuda de un psicólogo y nosotras estamos para ayudarte.
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