El equipo de Psicología Velázquez, en una investigación sobre el acoso escolar racista, tuvimos la suerte de conocer a Camila y a su familia, cuando la menor tenía 11 años. Se trata de una menor, privada de experimentar todo aquello que debería y que normalmente hacen las niñas de su edad. En su caso, Camila, vio su mundo alterado cuando unas compañeras de colegio, comenzaron a meterse con ella. Cuando la conocimos, enseguida entendimos que Camila no estaba bien, y que la niña que teníamos enfrente, no estaba disfrutando de su niñez.

La primera reacción de la menor, ante todo lo que ocurría en el centro escolar, C.E.I.P. Cardenal Herrera Oria, como suele suceder en estos casos, fue la de intentar justificar y entender, por qué estaba pasando eso, y por qué era ella el objeto de insultos y comportamientos desadaptativos; tras no encontrar razón alguna, Camila hizo lo que deberían hacer todos los menores que sufren acoso escolar: HABLAR. Camila, comenzó a poner en conocimiento de sus padres y de los profesores del centro, lo que estaba ocurriendo, pero las respuestas que le llegaban eran nulas. Camila, no recibía apoyo por parte del profesorado ni del personal adulto del centro, mientras veía una lucha incesante por parte de sus progenitores de solucionar la situación, de la mejor manera posible.

Su progenitora, Petra, inició un camino decidida a llegar hasta el final, con el único fin, no solo de que su hija, dejara de sufrir en el colegio, sino de que todos los menores, víctimas de acoso escolar y familiares de los mismos, supieran que existen herramientas y métodos para que el acoso se erradique dentro del propio centro escolar y que son los trabajadores del centro los que deberían iniciar dichos protocolos e investigaciones. Fruto de este camino, y de esta lucha, tuvo lugar este pasado martes 8 de octubre, el juicio contra la Comunidad de Madrid, en el Juzgado 34 de lo Contencioso Administrativo.

Petra, y el resto de familiares de Camila, confían en la justicia, y mantienen la esperanza de que estas situaciones, no solo no vayan a más, sino que los profesionales de los centros educativos, entiendan que las herramientas que existen para frenar los casos de acoso desde el principio, están ahí para utilizarlas. Recalcan que lo más importante para ellos es el bienestar de su hija, y que todo lo vivido no genere en ella ningún tipo de sintomatología crónica y que, tras defender su verdad hasta el final, Camila pueda continuar viviendo su infancia y su adolescencia como deberían hacerlo todos los niños de su edad.

Con todo esto, desde Psicología Velázquez, queremos sumarnos a la campaña lanzada en las redes sociales #suspensoalracismo, no solo para seguir luchando contra el acoso escolar, sino para luchar contra el acoso escolar racista y visibilizar, que desgraciadamente a día de hoy, en el mundo en el que vivimos, siguen existiendo estas situaciones.