Hace pocos días, hemos conocido la noticia de que un joven ha fallecido, posiblemente a causa de la práctica del Parkour. El Parkour proviene de Francia y se ha extendido en nuestro país de forma abismal.
Los jóvenes utilizan esa práctica como una modalidad deportiva, utilizando sus habilidades motrices con el fin de sortear cuantos elementos de ciudades consideren. Las personas que desarrollan esta modalidad son sorprendentemente hábiles, capaces de moverse con una gran vehemencia, pero ¿es un “deporte peligroso”? Evidentemente, lo es en los momentos en los que desean superarse a sí mismos y ejercitar la modalidad en lugares peligrosos, excesivamente altos, oscuros o inestables.
Lo ocurrido con el joven de Madrid, nos hace reflexionar acerca de la precaución, del verdadero sentimiento de riesgo o peligro, pues en muchas ocasiones, encontramos frases como: “yo controlo”. Esta frase puede tener parte de veracidad, en este caso, pero la realidad es que las variables oscuridad, dificulta la práctica de este “deporte” y siendo consciente de las dificultades que tenemos las personas en la oscuridad, aún más dificultoso, y por tanto, peligroso, es practicar Parkour.
Sin lugar a dudas, el Parkour es una práctica en la que cualquier persona se expone a caídas reiteradas. Estas caídas, pueden dar lugar a lesiones muy importante e incluso la muerte, como ha ocurrido. El Parkour, puede resultar emocionante, por la cantidad de adrenalina que se genera en las personas. Además, a esta adrenalina se une el afán desmedido de grabar la hazaña y colgarla en las redes sociales.
Muchos jóvenes llevan a cabo esta práctica con el fin de que se les reconozca en las redes sociales, y si por ello, tienen que poner en riesgo sus límites, llevando a cabo saltos para los que no están preparados, lo realizan. Por este motivo, deberíamos plantearnos, ¿qué sociedad estamos creando por la cual, los jóvenes prefieren tener muchos seguidores, antes que proteger sus vidas?
Asombra y asusta pensar, que los jóvenes practican este “deporte”, tomando sus saltos como una lotería, ¿saldrá bien?, ¿saldrá mal? La exposición, continua, a retos, deberían ser meditados, siempre, valorando cada elemento que pueda desestabilizar a la persona, como es la oscuridad y una zona en obras, como ha ocurrido en Madrid.
La practica de esta actividad en el que los jóvenes se juegan sus vidas constantemente puede deberse a la consecuencia de problemas más profundos. No estáis solos, podéis hablar con nosotros en cualquier momento si necesitáis ayuda.
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